Nada mejor que una sesión fotográfica de inspiración para superar esta "nueva normalidad".
Hace una semana estrenábamos fase 3 en la desescalada después de casi 3 meses de confinamiento a causa de la COVID-19. Como fotógrafa de bodas y familiar yo ya estaba empezando a programar la agenda de mi regreso a las sesiones fotográficas, pero me sentía algo oxidada después de la cuarentena. Aunque había conseguido mantenerme activa haciendo fotografías en casa, pero echaba muchísimo de menos poder fotografiar a personas.
De modo que contacté con mi querida Leonor para retomar ese shooting de inspiración que tanto tiempo llevábamos posponiendo. Y con los primeros rayos de sol de aquel día empezamos esta pequeña sesión medio improvisada sin más pretensiones que la de pasar un rato agradable juntas. Sólo ese ratito ya fue de lo más gratificante, así que poder crear estas fotografías con tanta libertad ha sido un auténtico soplo de aire fresco.
De manera totalmente casual el resultado fue el ejemplo perfecto de cómo teniendo la misma luz, misma persona, misma localización y mismo día, puede variar tantísimo el aspecto de una fotografía. Aparentemente parecen dos sesiones diferentes hechas en días y lugares muy distintos, pero la realidad es que tan sólo había un par de metros de separación entre los girasoles y las espigas y el transcurso de toda la sesión nos llevó poco más de una hora.
Más adelante os hablaré un poco más en profundidad de porqué es tan importante para mí la edición fotográfica y qué significa este proceso para mí. De momento os dejo con este shooting para que lo disfrutéis. ✨📸
Un abrazo y nos vemos en las redes! ^_^
Estrella D.
Comments