Siempre digo que tengo la mayor suerte del mundo con las parejas con las que tengo la oportunidad de trabajar cada año, pues Marta y Pablo son quizás el máximo exponente de todas! Su complicidad, su cercanía, la química entre ambos y su sencillez en todo momento hicieron que su pequeña boda fuese mágica y perfecta. Chicos, muchísimas gracias por vuestra constante atención, por vuestras sonrisas y por hacerlo tan, tan fácil!
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